Claves para la prevención de la Fiebre Hemorrágica Argentina.


Tras registrarse una muerte en la ciudad de Rosario a causa de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) se refuerzan las campañas de prevención y la concientización sobre la importancia de vacunarse.

La FHA es producida por el virus Junín, que se aloja en los roedores silvestres, específicamente en el ratón maicero (Calomys musculinus), los cuales sufren infección crónica asintomática y eliminan el virus a través de la saliva, materia fecal, orina o sangre. La FHA tiene la capacidad de generar un enorme daño en el organismo y es letal en un porcentaje que va del 20 al 30% de los casos.

El área endémica de la enfermedad, conocida comúnmente como “mal de los rastrojos”, es Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Santa Fe. Los contagios suelen producirse en zonas no urbanas donde el ratón deambula con mayor facilidad, pero no hace falta estar en el medio del campo para contagiarse. Recostarse en el pasto, llevarse la mano a la boca luego de tocar tallos o yuyos o visitar un galpón, entre otras cosas, son comportamientos que pueden establecer un contacto con la orina, materia fecal, sangre o saliva del animal y provocar la infección.


El Dr. Alberto Davidovich, Director Médico de Emerger, nos ayuda a identificar la presencia del virus en nuestro cuerpo, sus síntomas son: fiebre, cefalea, dolores musculares, decaimiento, mareos, dolores articulares, molestias detrás de los ojos y sangrados. Estos síntomas pueden confundirse con los del dengue, otra enfermedad muy frecuente hoy en nuestro país.


Las autoridades sanitarias recomiendan la vacunación, pueden hacerlo hombres y mujeres mayores de 15 años que no hayan sido vacunados anteriormente y que residan o desarrollen actividades en las zonas del área endémica. Candid#1 está incluida en el calendario nacional, es una sola dosis y su aplicación es gratuita, está indicada para personas entre 1 y 65 años o quienes hayan sido diagnosticados con la enfermedad.

Otras formas de prevención son: mantener una higiene cuidadosa, principalmente de las manos, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores; no introducir tallos, hojas o granos en la boca; comer y dormir en habitaciones limpias; mantener desmalezados los alrededores de la vivienda; y, no recostarse sobre el suelo. Es fundamental recordar que la aparición de cualquiera de los síntomas mencionados debe ser una alerta para realizar una consulta médica inmediata.


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