La RCP es una técnica simple y fácil de aprender, que puesta en práctica en el momento oportuno puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

“Hoy me levanté como casi todos los días a las 7 am, preparé mi desayuno diario con tostadas y un café cortado con un poco de leche tibia. Salí de mi casa rumbo al trabajo, como lo hago 5 días a la semana, pensando en las dificultades diarias, en la familia y en las cuentas a pagar. De repente me paraliza un fuerte dolor en el centro del pecho y una sensación de angustia nunca antes sentida. Mi cuerpo comienza a paralizarse y no puedo mantenerme en pie, quiero gritar para pedir ayuda, pero las palabras no salen de mi boca, solo veo como de a poco se va apagando la imagen de mis ojos, volviéndose todo borroso hasta no sentir más nada…”.

Según el Dr. Alberto Davidovich, Director médico de Emerger, este relato pareciera ser el más común de aquellas personas que sufrieron en su vida un episodio de paro cardiorespiratorio, y continúa con la ayuda de las personas que presenciaron el hecho mediante la activación del sistema de emergencias y la pronta ejecución de compresiones fuertes y rápidas en el centro del pecho, llamadas maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas (RCP), mientras se aguarda la llegada del personal de salud. Estas maniobras permiten reestablecer la circulación sanguínea para mantener los tejidos oxigenados. Si le sumamos la utilización de un desfibrilador externo automático (conocido con su sigla DEA), aumentaría aun considerablemente el porcentaje de sobrevida ya que el mismo genera una descarga eléctrica al corazón para reestablecer su ritmo normal.

Estas situaciones se producen en la Argentina con un promedio de aproximadamente 40.000 muertes al año por paros cardiacos ( 1 cada 15 minutos). De estas muertes, el 70% se producen en un ámbito extra hospitalario. Esto nos da cuenta de la necesidad de entender la importancia de que toda la comunidad se encuentre capacitada ya que son los primeros en brindar asistencia y componen el primer eslabón en la cadena de supervivencia ante los paros cardio respiratorios. En esta cadena, La comunidad tiene especial protagonismo ya que realiza las primeras 3 acciones de las 5 que conforman la cadena: 1°) activa el sistema de emergencias, 2°) inicia la reanimación cardio pulmonar básica y 3°) utiliza el DEA en caso de estar disponible. Dicho aparato es fácil de usar y se encuentra en lugares con alta concurrencia de gente (shopping, bancos, clubes, etc.) y sirve para realizar una descarga eléctrica con el objetivo de restablecer la actividad cardíaca. Recién el 4to paso involucra un personal de la salud que brinda soporte vital avanzado para finalmente derivar a la víctima a un hospital con el fin de que reciba los cuidados post paro, siendo este 5to y último eslabón.



“Es por eso que resulta indispensable en primera instancia capacitarse en las técnicas de reanimación cardiopulmonar básicas y sobre todo ANIMARSE a ejecutarlas cuando sea necesario. Si bien esta situación de pandemia nos ha condicionado a no acercarnos demasiado a la gente, a mantener distanciamiento social e incluso a dejar de practicar nuestras costumbres culturales como el beso en la mejilla, el abrazo, el contacto físico etc., es muy importante saber que, al realizar estas maniobras, podemos salvar una vida sin necesariamente correr el riesgo de contagio. Para ello, el uso de tapaboca o barbijo nos brinda seguridad y protección a la hora de aplicar esta técnica, teniendo en cuenta que no hay contacto con la saliva de la víctima, su boca o vías respiratorias. También es importante saber que el RCP se realiza solo con manos, no siendo más necesaria la respiración boca a boca. Esta medida de protección nos da la tranquilidad de poder asistir a una persona cuando la vemos en el piso y sabiendo que su vida depende de cualquiera de nosotros. En caso de que la víctima no cuente con tapaboca, debemos cubrir su boca con alguna tela (remera, camisa, o cualquier prenda que tengamos a mano). También debemos saber que la manera correcta para saber si una persona no respira, no es acercándonos a su rostro, sino mirando a la distancia si su pecho se mueve.

El Dr. Alberto Davidovich, cardiólogo y emergentologo, enfatiza: “es por todo esto que sabiendo RCP podemos salvar una vida… la vida de un papá, la vida de una mamá, la vida de un hermano, la vida de un ser humano. Que esta situación no te paralice… tomá conciencia y la confianza necesaria para aplicar esta técnica cuando sea oportuno. ANIMATE”