Todo lo que tenemos que saber acerca del golpe de calor.

Durante el verano nos exponemos a días de alta temperatura y humedad que pueden representar un riesgo para la salud, por lo cual es necesario estar informados y atentos para tomar medidas de prevención. Nuestros cuerpos generan una enorme cantidad de calor. Habitualmente, se enfrían por medio de la transpiración y por la irradiación del calor a través de la piel. Pero cuando el clima está muy caluroso, hay mucha humedad y otras condiciones, este sistema de enfriamiento natural puede comenzar a fallar y el calor del cuerpo puede elevarse a niveles peligrosos. Si esto ocurre se produce el agotamiento por calor y de persistir, más grave aún, el golpe de calor.

El golpe de calor es la condición más peligrosa en un espectro de enfermedades que progresan desde el agotamiento por calor hasta el golpe de calor, en el que un hallazgo compartido es la hipertermia (es decir, el aumento de la temperatura corporal central cuando la acumulación de calor anula la disipación del mismo durante el ejercicio o la exposición a estrés por calor ambiental). Dependiendo de su causa, el golpe de calor se puede clasificar como clásico (pasivo) o de esfuerzo.

La Dra. Stella Binelli, coordinadora del área de Pediatría de Emerger, explica: “El golpe de calor clásico se debe a la exposición al calor ambiental y a los mecanismos de disipación de calor deficientes, mientras que el golpe de calor de esfuerzo se asocia con el ejercicio físico y resulta cuando la producción excesiva de calor metabólico abruma los mecanismos fisiológicos de pérdida de calor”.

Agotamiento por calor. Se manifiesta clínicamente con los siguientes síntomas:

• Sudoración excesiva; en los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor (sudamina) en el cuello, el pecho, las axilas, los pliegues del codo y la zona del pañal o piel pálida y fresca.
• Sensación de calor sofocante.
• Sed intensa y sequedad en la boca.
• Calambres musculares.
• Agotamiento, cansancio o debilidad.
• Dolores de estómago, inapetencia, nauseas o vómitos.
• Dolores de cabeza.
• Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).
• Mareos o desmayo.
¿Qué debemos hacer?
• Ofrecer agua fresca.
• Fortalecer la lactancia materna ofreciendo con mas frecuencia a los lactantes.
• Trasladarlos a un lugar fresco y ventilado.
• Desvestirlos.
• Mojarles el cuerpo con agua fresca.
• Aquietarlos y ponerlos a descansar.
• Consultar a su pediatra o en un Centro de Salud.

Golpe de calor. Debemos estar alertas a estos síntomas y consultar con urgencia.

• Temperatura del cuerpo de 39° o mayor.
• Piel roja caliente y seca, cuando se agota la sudoración.
• Agitación.
• Dolor palpitante de cabeza.
• Vértigos y desorientación.
• Delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
• Convulsiones.

¿Qué debemos hacer?
• Llamar sin demora a un servicio de emergencia o trasladarlos al Centro de Salud más próximo.
• Llevarlos inmediatamente a un lugar fresco y ventilado.
• Quitarles las ropas y refrescarlos lo mas rápido posible, mojando con agua fría todo el cuerpo.
• Ofrecerles agua si están conscientes.
• No se deben administrar medicamentos antifebriles (no son útiles en estos casos y pueden empeorar al niño).

Población Pediátrica de mayor riesgo.
• Los menores de 5 años, especialmente los menores de 1 año.
• Los niños que padecen enfermedades crónicas, cardíacas, renales, mentales o neurológicas.
• Los niños con fiebre por otra causa o diarrea.
• Los niños obesos o desnutridos.
• Los que tienen la piel quemada por el sol.
• Los jóvenes que toman bebidas con alcohol y los que consumen droga.

Desde Emerger, indicamos cuáles son las medidas de prevención más importantes:

Medidas de Prevención frente al calor en exceso:
• Ofrecer a los niños agua o jugos naturales en forma frecuente sin esperar a que los pidan.
• Fortalecer la lactancia materna, mas seguido a los lactantes.
• No ofrecer bebidas con cafeína o azúcar en exceso.
• No ofrecer bebidas muy frías.
• No ofrecer líquidos o comidas calientes o pesadas.
• Incorporar sal en mayor cantidad que lo habitual.
• Bañarlos o mojarles todo el cuerpo con frecuencia.
• Proponer actividades tranquilas, evitar juegos intensos.
• Evitar que transiten y jueguen expuestos al sol, menos aun al mediodía o en las primeras horas de la tarde.
• Si deben estar bajo el sol, ponerles sombrero, usar protectores solares y tomar frecuentes descansos a la sombra.
• Procurar que permanezcan en los lugares mas frescos y ventilados.
• Vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros o, mejor aún, dejarlos sin ropas.
• Nunca los deje dentro de un vehículo estacionado y cerrado.

Para jóvenes y adolescentes
• No es conveniente tomar bebidas con alcohol (incluida la cerveza) ante la sed y el calor, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido.
• Evitar esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes.
• Sentarse y descansar cuando sientan mareos o fatiga.
• Recordar las recomendaciones generales.



Bibliografía: Revisión y conocimiento actual del golpe de calor y su relevancia en el entorno médico. Dra. María José Chiolo. IntraMed. Autor/a: Yoram Epstein, Ran Yanovich New England Journal of Medicine 2019; 380:2449-59. / Kids Health para padres. Trastornos por calor, Larissa Hirsch, MD. / Archivos Argentinos de Pediatría, 2002, 100 (6)Pautas de protección solar en la infancia. ¿Por qué? ¿Para qué? Dres. Rebeca Rubinson, Margarita Giardelli, Oscar Casasnovas, Raul Ferrari, Horacio Yulita. Sociedad Argentina de Pediatría. / Archivos Argentinos de Pediatría 2003; 101(5) / 424 Los riesgos de los días de calor. Dr. Mario Elmo. Comité de Pediatría General Ambulatoria Sociedad Argentina de Pediatría.